Espacio Rural:
Introducción:
Poblamiento: asentamiento de población en un territorio.
Hay dos tipos:
Medio Urbano: más infraestructuras y servicios públicos (carreteras, colegios, hospitales...).
Hay dos tipos:
- Rural :pueblos y zonas aisladas del campo.
- Urbano: ciudades.
- Si es para actividades agrícolas: menos agresivo (poco poblamiento).
- Si es para actividades industriales : muy agresivo (mucha población).
- Ciudades : más densidad de población.
- Medio rural : sector primario (agricultura) / Medio urbano = sector secundario y terciario (industria y servicios).
Medio Urbano: más infraestructuras y servicios públicos (carreteras, colegios, hospitales...).
Definición y rasgos del Espacio rural: Suelen definirse los espacios rurales como las zonas no urbanas, es decir, fuera de las ciudades, y que se utilizan principalmente para actividades agropecuarias, agro-industriales, extractivas o de conservación ambiental.
Los rasgos más importantes de los espacios rurales son:- El predominio de actividades económicas basadas en la obtención y tratamiento de materias primas y recursos naturales.
- La débil densidad de población. Es decir, no hay grandes aglomeraciones de población.
- La existencia de lazos y vínculos más fuertes entre la gente.
Se entiende el hábitat rural como el tipo de viviendas y su forma de agrupamiento en las zonas rurales. También podemos usar el término poblamiento rural. En el mundo rural distinguimos tres tipos de hábitat o poblamiento:
- El poblamiento concentrado es el agrupamiento de las viviendas de la aldea o pueblo en un lugar en concreto, normalmente elegido por su emplazamiento favorable.
- El poblamiento disperso se caracteriza porque no existe un núcleo de viviendas, sino que éstas están esparcidas por todo el territorio, normalmente cerca de las explotaciones de cada familia.
- El poblamiento intercalar consiste en una mezcla de los tipos anteriores. Podemos encontrar un núcleo de poblamiento concentrado (pueblo) y a no mucha distancia casas aisladas o aldeas.
El tipo de poblamiento de un espacio rural está relacionado con el clima y la historia de cada territorio:
- El poblamiento disperso es más típico en zonas húmedas y montañosas donde la ganadería es la principal actividad económica. Por ejemplo, en las regiones del Norte de España: Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra.
- El poblamiento concentrado es más típico en zonas llanas y de clima seco, porque las personas tienden a agruparse para organizar de forma colectiva el trabajo de las tierras. Este poblamiento predomina en los espacios rurales del centro y Sur de España: Castilla la Mancha, Extremadura, Andalucía…
Actividades económicas en el espacio rural:
- Tradicionalmente, las zonas rurales han estado vinculadas con la agricultura y la ganadería (actividades agropecuarias), y con la explotación de los recursos forestales (silvicultura).
- Sin embargo, actualmente grandes superficies rurales pueden estar protegidas como áreas de conservación (de flora, fauna u otros recursos naturales) o tener otra importancia económica, por ejemplo, a través del turismo rural.
- En el espacio rural moderno también encontramos actividades económicas que tienen un fuerte impacto paisajístico, como las actividades extractivas (minas y canteras) o las instalaciones de ocio de grandes dimensiones (estaciones de esquí, campos de golf).
- Tampoco son raras las industrias en las zonas rurales, en algunos casos porque requieren grandes superficies y el precio del suelo es más barato. Otras veces porque trabajan con materias primas que se extraen en las zonas rurales y les conviene instalarse cerca.
El Espacio Agrario: Factores que lo condicionan
Espacio Agrario: Llamamos espacio agrario o paisaje agrario al territorio dentro del medio rural en el que se desarrollan específicamente las actividades agrícolas, ganaderas y forestales. Por ejemplo, una cantera puede estar dentro del espacio rural, pero no representa un paisaje agrario. Un campo de olivos está en el espacio rural y sí representa un paisaje agrario.
El paisaje agrario adopta múltiples formas en el mundo actual y está en permanente cambio como resultado de la actividad humana. Tradicionalmente consideramos dos tipos de factores que influyen en el paisaje agrario:
Los factores físicos (o naturales), que tienen que ver con las condiciones de partida que ofrece el medio natural. Los factores naturales que influyen en el paisaje agrario de manera más clara son:
- El clima: Los climas demasiado fríos o cálidos y demasiado secos o húmedos perjudican a la actividad agraria. Los climas templados y moderados son los más favorables y los que permiten más opciones para las actividades agrícolas y ganaderas.
- El relieve: Las grandes llanuras son propicias para la agricultura. En las zonas montañosas, sin embargo, es más difícil, por la altura (zonas frías) y por las fuertes pendientes. Pero el ingenio humano puede salvar las barreras naturales construyendo bancales o terrazas.
- El tipo de suelo: Si el suelo es rico en nutrientes la agricultura se ve muy facilitada, en caso contrario habrá que suministrar abonos para compensar su falta. A parte de su composición, es importante la textura. Los suelos arenosos y arcillosos son poco favorables para la agricultura. Los suelos constituidos por limos (sedimentos depositados al borde de los ríos) son los mejores para la agricultura. Suelen encontrarse estos suelos en los valles de los ríos.
Los factores humanos, que tienen que ver con la actuación de los seres humanos sobre el medio natural según sus capacidades, recursos y necesidades. Los principales son:
- La presión demográfica se refiere a la necesidad de aumentar la producción de alimentos cuando crece una población. Este factor puede provocar un aumento de las tierras cultivadas o un intento de producir más alimentos con la misma superficie cultivada. En ambos casos el paisaje agrario sufre transformaciones importantes.
- El desarrollo tecnológico: Cuando se cuenta con medios tecnológicos (abonos, maquinaria, sistemas de riego artificial, semillas seleccionadas… el paisaje agrario puede transformarse enormemente, superándose las barreras naturales que imponen el clima, el relieve o el tipo de suelo.
El tipo de parcelas
Una parcela es la porción mínima de tierra cultivada que puede percibirse bien diferenciada. La forma, el tamaño y el modo en que se separan las parcelas tienen mucha importancia a la hora de describir un paisaje agrario.
Una parcela es la porción mínima de tierra cultivada que puede percibirse bien diferenciada. La forma, el tamaño y el modo en que se separan las parcelas tienen mucha importancia a la hora de describir un paisaje agrario.
- Según su forma las parcelas pueden ser regulares (típico en zonas llanas) o irregulares (habitual en las zonas montañosas por la adaptación al terreno).
- El tamaño de las parcelas también es importante.Si son pequeñas predominan las explotaciones agrarias denominadas minifundios. Si son grandes estaremos ante explotaciones de grandes dimensiones, llamadas latifundios.
- La separación entre las parcelas puede hacerse mediante cercas, vallas o muros, paisaje que se denomina de bocage o campos cerrados. Si existen barreras entre las parcelas hablamos de openfield o campos abiertos.
El tipo de plantas que predominan en un espacio agrario confiere personalidad al paisaje. Podemos diferenciar claramente:
- Cultivos arbóreos. Arboles que se mantienen durante largo tiempo.
- Plantas de ciclo anual. Se siembran y recogen cada campaña. El paisaje puede cambiar de un año para otro si se opta por cambiar de producto. Estos cultivos son más adaptables a la evolución de los precios del mercado.
Sistemas de cultivo :
Cuando hablamos de sistemas de cultivo nos referimos a la forma en que se trabajan los campos y se cuida el ganado, a los medios que se emplean, la cantidad de mano de obra, etc.
Según la relación entre el terreno explotado y la producción obtenida distinguimos:
Cultivo intensivo basado en la tecnología Cultivo intensivo sin tecnología
- Sistemas extensivos. Si se dispone de abundantes tierras y ganado no hay que esforzarse mucho para alcanzar una producción elevada. No se invierte tanto en tecnología y mano de obra.
Según el uso del agua podemos distinguir:
- Agricultura de secano. Las plantas sólo reciben el agua que aporta la lluvia. En las zonas húmedas ésta puede bastar para obtener buenas cosechas. En las zonas menos lluviosas el secano ofrece bajos rendimientos.
- Agricultura de regadío. Se suministra agua a las plantas por medios artificiales. Estos pueden ser tecnológicamente avanzados o tradicionales. En las zonas menos lluviosas el regadío es imprescindible para obtener buenos rendimientos.
Según la variedad de cultivos que encontramos en un espacio agrario podemos distinguir:
- Sistemas de monocultivo. Un solo producto ocupa la mayor parte del paisaje agrario (olivares andaluces). El paisaje es monótono, pero la especialización ayuda a tener mejores producciones de cara a su venta en el mercado.
- Sistemas de policultivo. En un mismo paisaje agrario encontramos variedad de productos. El policultivo es más típico en espacios agrarios destinados al abastecimiento de la propia comunidad campesina.
Paisaje agrarios en el mundo actual:
En el mundo actual podemos encontrar una gran diversidad de paisajes agrarios, dada la gran variedad de condiciones naturales, tradiciones culturales y nivel de desarrollo.
Sin entrar en muchos detalles, podemos diferenciar claramente los paisajes agrarios de los países desarrollados (fundamentalmente los de Norteamérica, Europa, Japón y Australia) y los paisajes de los países en vías de desarrollo.
Paisajes agrarios en los países desarrollados
La agricultura y ganadería de los países desarrollados se caracterizan por los siguientes rasgos:
- Emplean abundante maquinaria. Esto facilita mucho el trabajo y permite obtener mejores cosechas y producciones. Además, permite que no se necesite mucha mano de obra.
- Cuentan con trabajadoras y trabajadores cualificados, pues tienen cada vez mejor formación en tecnología y gestión de empresas agrarias.
- Se dedican al cultivo de productos competitivos en el mercado. Se tienen presentes los precios de los productos para producir aquello que puede dar mejores beneficios.
- Emplean sistemas y técnicas avanzados. El uso de abonos, plaguicidas, semillas seleccionadas, sistemas de riego, etc. aumenta los rendimientos.
- Reciben apoyo y subvenciones de los gobiernos. Esto se da especialmente en la Unión Europea, donde las personas que se dedican a la agricultura y la ganadería mejoran su nivel de vida gracias a las ayudas oficiales que reciben.
Paisajes agrarios en los países subdesarrollados y en vías de desarrollo
Estos son algunos rasgos de los paisajes agrarios del Tercer Mundo:
- Se emplea mucha mano de obra, pero poco formada. Es una triste realidad, por ejemplo, el abundante empleo de mano de obra infantil en estos países.
- Se dedican al cultivo de productos orientados al consumo de la familia y de baja rentabilidad.
- Se utilizan técnicas y herramientas muy rudimentarias. Con estos medios tan atrasados es difícil obtener buenas cosechas, evitar las plagas o afrontar las sequías.
- En muchas ocasiones, las mejores tierras agrícolas de estos países están ocupadas por grandes plantaciones modernas de compañías extranjeras, que apenas aportan a la economía de los países pobres los escasos jornales que pagan a la mano de obra.
El paisaje agrario español
Los paisajes agrarios españoles participan plenamente de los rasgos señalados para los países desarrollados, aunque todavía podemos encontrar ejemplos de paisajes tradicionales, cada vez más raros por su escasa rentabilidad.
Aunque la diversidad es grande, en España pueden distinguirse perfectamente dos grandes tipos de paisajes agrarios:
- En la España de clima húmedo, integrada principalmente por las comunidades autónomas el norte (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra) suele predominar el paisaje de bocage (parcelas cercadas), minifundios (explotaciones pequeñas) y con importancia notable de la ganadería vacuna por la abundancia de pastos. El poblamiento más característico es el disperso.
- En la España de clima mediterráneo (centro, sur y costa mediterránea), es más típico el paisaje de openfield (parcelas sin cercas) y la presencia de latifundios (grandes propiedades) orientados al monocultivo. El poblamiento más característico es el concentrado.También aparecen con frecuencia zonas de huertas, donde gracias a sistemas de regadío tradicionales y modernos se pueden obtener productos muy variados, incluso algunos de tipo tropical.
Tipos de poblamiento rural de España
Disperso: característico del norte peninsular; normalmente está formado por pequeñas aldeas de casas agrupadas (en Asturias y Cantabria) y edificaciones aisladas (caseríos vascos).
Concentrado :característico de áreas rurales:
- Cuenca del Duero y Valle del Ebro = núcleos reducidos y próximos.
- Meseta sur, área mediterránea y Baleares = núcleos más grandes pero a mayor
distancia entre sí.
Transformaciones del mundo rural español
Áreas rurales montañosas e interiores: éxodo rural masivo (años `60): muchos núcleos quedaron despoblados.
Núcleos rurales costero: transformación radical en centros turísticos: lugares que reciben población jubilada extranjera.
Poblaciones próximas a grandes ciudades: ahora desempeñan funciones urbanas (residenciales, industriales...): forman parte del área metropolitana.
En los últimos tiempos, los espacios rurales han sufrido importantes transformaciones. A continuación vamos a comentar algunos aspectos sobre los procesos de cambio que experimenta el mundo rural en nuestros días.
Nuevos usos del suelo y actividades económicas en el espacio rural
El proceso más llamativo que se ha producido en los últimos tiempos es el de la urbanización del campo. Hoy, muchas zonas que antes eran claramente rurales se han convertido en viviendas que ocupan personas que trabajan en la ciudad cercana. A esta nueva función le acompañan servicios, cambios en las vías de transporte, aparición de actividades industriales y comerciales, etc.
Los espacios rurales más dinámicos son las franjas periurbanas, zonas rurales en las inmediaciones de las ciudades en las que éstas se están expandiendo.
Debido a los nuevos usos del suelo en las zonas rurales y al desarrollo de una agricultura cada vez más agresiva con el medio ambiente, las zonas rurales empiezan a estar sometidas a riesgos medioambientales que antes no eran tan abundantes.
La sociedad actual tiene como valor conservar el medio rural, pero no parece lógico el conservacionismo a costa del atraso económico del campo y de sus gentes, sino que debe buscarse una postura de equilibrio en la que las entidades locales puedan desarrollarse económicamente, conservando su carácter. Unas prácticas agrícolas y forestales adecuadas y económicamente viables, una actividad turística no masificada y la creación de industrias más limpias y controladas y servicios son fundamentales para revalorizar la vida rural.
Paisajes agrarios de Andalucía:
Los paisajes agrarios andaluces participan de las características típicas en un país desarrollado.
La diversidad de las condiciones naturales (relieve y climas) permiten diferenciar tres grandes tipos de paisajes agrarios en Andalucía:
Nuevos usos del suelo y actividades económicas en el espacio rural
El proceso más llamativo que se ha producido en los últimos tiempos es el de la urbanización del campo. Hoy, muchas zonas que antes eran claramente rurales se han convertido en viviendas que ocupan personas que trabajan en la ciudad cercana. A esta nueva función le acompañan servicios, cambios en las vías de transporte, aparición de actividades industriales y comerciales, etc.
Los espacios rurales más dinámicos son las franjas periurbanas, zonas rurales en las inmediaciones de las ciudades en las que éstas se están expandiendo.
- La Función residencial: Las zonas rurales periurbanas están siendo ocupadas por urbanizaciones, que procuran situarse cerca de las principales vías de comunicación. Las zonas rurales cercanas a las grandes ciudades se han convertido en zonas de expansión para la construcción de viviendas, ya que el precio del suelo es más barato que en el interior de la ciudad. A una distancia mayor de las ciudades aparece otro modelo de residencias, de tipo secundario y temporal. Suelen tener una ocupación estacional, durante los períodos vacacionales.
- El turismo rural es otra actividad en alza en las zonas rurales. Ayuda a mejorar la economía de estas zonas y crea puestos de trabajo, pero hay que procurar que respete el entorno y se adapte a los recursos disponibles.
- La actividad industrial se ha instalado en el medio rural después de haber sido expulsada de las ciudades. Un modelo de ubicación industrial son los polígonos industriales, que suelen localizarse en las franjas periurbanas y cerca de las vías de comunicación. También hay industrias que se instalan en zonas rurales para estar cerca de las materias primas que necesitan. Sin duda, la instalación de industrias en el medio rural ayuda a diversificar su economía y crea puestos de trabajo, lo cual es positivo. Sin embargo,es importante cuidar los aspectos medioambientales para evitar que las consecuencias negativas de la industria sean mayores que lo que aporta al medio rural.
Debido a los nuevos usos del suelo en las zonas rurales y al desarrollo de una agricultura cada vez más agresiva con el medio ambiente, las zonas rurales empiezan a estar sometidas a riesgos medioambientales que antes no eran tan abundantes.
La sociedad actual tiene como valor conservar el medio rural, pero no parece lógico el conservacionismo a costa del atraso económico del campo y de sus gentes, sino que debe buscarse una postura de equilibrio en la que las entidades locales puedan desarrollarse económicamente, conservando su carácter. Unas prácticas agrícolas y forestales adecuadas y económicamente viables, una actividad turística no masificada y la creación de industrias más limpias y controladas y servicios son fundamentales para revalorizar la vida rural.
Paisajes agrarios de Andalucía:
Los paisajes agrarios andaluces participan de las características típicas en un país desarrollado.
La diversidad de las condiciones naturales (relieve y climas) permiten diferenciar tres grandes tipos de paisajes agrarios en Andalucía:
- Paisajes de montaña: La zona de Andalucía donde los paisajes agrarios de montaña ocupan más extensión es la correspondiente a las provincias de Málaga, Granada y Almería. Son paisajes agrarios tradicionales poco degradados, en los que se mezclan elementos de la actividad agraria con elementos naturales de gran valor paisajístico y belleza. El relieve dificulta la agricultura, aunque puede salvarse gracias a la construcción de bancales. Las actividades ganaderas y forestales se ven más favorecidas en estas zonas. El abandono de la actividad agraria por la emigración de la gente joven de estos pueblos trata de compensarse con el desarrollo del turismo rural.
- El paisajes de llanuras y campiñas: Este paisaje ocupa gran parte de las provincias de Huelva, Sevilla, Córdoba, Jaén y Cádiz. El relieve y el clima son bastante más favorables para la agricultura. Los monocultivos de olivar y cereales son típicos en estas zonas. Predominan las grandes propiedades (latifundios) que tradicionalmente se explotaban con abundante mano de obra asalariada (jornaleros y jornaleras). La extensión del regadío y la introducción de maquinaria han asegurado en estas tierras mejores cosechas, pero han reducido la necesidad de mano de obra, generando el problema del desempleo rural. El poblamiento tiende a agruparse en núcleos de grandes dimensiones, que se consideran agrociudades.
- Paisajes agrarios de litoral: Se dan en las inmediaciones de las costas andaluzas. En la actualidad, gran parte del litoral andaluz ha sido ocupado por construcciones orientadas al turismo y ha perdido sus rasgos rurales tradicionales. Los paisajes agrarios de las zonas costeras se ven beneficiados por la suavidad de las temperaturas, y cuando a esto se suma la disponibilidad de agua para riego se obtienen unas condiciones únicas en Europa para el cultivo de algunos productos tropicales, como la chirimoya o el aguacate que se cultivan en las costas de Málaga y Granada. Un fenómeno de los últimos tiempos en muchas zonas costeras andaluzas ha sido la extensión del cultivo bajo plásticos en invernaderos, que ofrecen altos rendimientos pero tienen un fuerte impacto ambiental.
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